TRATAMIENTO

INCONTINENCIA URINARIA EN MUJERES: SÍNTOMAS, CAUSAS Y TRATAMIENTO LÁSER

Incontinencia Urinaria en Mujeres

La Incontinencia Urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina, una patología sumamente común y que supone un problema social e higiénico. La prevalencia de esta patología en la mujer es bastante alta y aumenta con la edad, afectando negativamente a la calidad de vida.

Para entender la patología es necesario primero tener unas nociones básicas sobre la fisiología de la micción. La micción es una función del tracto urinario inferior mediante la cual se consigue el vaciado de la orina a un ritmo adecuado cuando la vejiga ha llegado a su capacidad fisiológica y el lugar y los condicionamientos sociales son adecuados.

Los elementos encargados de controlar la micción son: el músculo detrusor de la vejiga y los músculos del suelo pélvico que actúan sobre la uretra. El ciclo miccional implica la interacción de fuerzas contrapuestas y complementarias generadas por estas estructuras: la presión vesical y la presión uretral. Durante la fase de llenado-continente, la presión uretral debe ser superior a la presión intravesical; y viceversa durante el vaciado.

De esta forma, cuando la vejiga se encuentra suficientemente llena, se envía el estímulo sensitivo miccional hacia la médula espinal, donde se produce el conocido como reflejo sacro. Mediante este, se estimula al músculo detrusor de la vejiga, que se contrae y expulsa la orina. Sin embargo, cuando aprendemos a controlar la micción, el sistema nervioso central es capaz de inhibir este reflejo de forma voluntaria, o bien liberarlo cuando decidimos orinar. Además, el uso de los músculos del suelo pélvico es otro mecanismo mediante el que aprendemos a controlar de forma voluntaria la presión uretral (aumenta cuando los contraemos).

Síntomas de la incontinencia urinaria en mujeres

Incontinencia urinaria leve

Existen ciertas situaciones, la mayoría de ellas fisiológicas, que favorecen la aparición de pérdida de orina. Normalmente, estas son transitorias y los síntomas se resuelven con el tiempo. Algunos de estos casos son:

  • Toma de diuréticos: son sustancias que aumentan la producción de orina, llenando la vejiga. Algunas bebidas y alimentos como el café, el alcohol, las bebidas carbonatadas o los cítricos pueden provocar este efecto. A su vez, hay pacientes que necesitan tomar medicamentos con efecto diurético para tratar ciertas patologías como la hipertensión o la insuficiencia cardíaca.
  • Infección de la vía urinaria: la inflamación e irritación de la vía urinaria, normalmente por causa infecciosa, puede llevar a la disfunción miccional. La cistitis, es decir la inflamación de la vejiga, es muy común en mujeres incluso de edad temprana.
  • Embarazo: la gestación conlleva una serie de cambios hormonales y ponderales, aumentando además la presión sobre la vejiga.

Como podemos apreciar, todas estas condiciones son transitorias o tratables, por lo que los síntomas urinarios desaparecerán con la resolución de estas.

 

Incontinencia urinaria persistente

Esta otra forma de presentación, en cambio, tiene un mayor impacto sobre la calidad de vida del paciente. A continuación, expondremos los tipos de incontinencia según las causas que la pueden propiciar y su consecuente sintomatología:

  • Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE): es la pérdida de orina desencadenada por aumentos de la presión intraabdominal en circunstancias como la tos, esfuerzos, risa… Es la más frecuente en la mujer joven y está principalmente causada por fallos en el mecanismo de cierre uretral, de modo que este aumento de presión intraabdominal supera la presión uretral, provocando la salida de orina.
  • Incontinencia Urinaria de Urgencia (IUU): es más frecuente en personas mayores y se manifiesta con una necesidad imperiosa de orinar, la cual se repite en numerosas ocasiones durante el día. Las causas pueden ser varias: hiperactividad sensorial de la vejiga (se estimula continuamente el reflejo sacro), falta de inhibición central del reflejo sacro, hiperactividad del músculo detrusor…
  • Incontinencia Urinaria Mixta (IUM): se mezclan síntomas de las dos anteriores.
  • Incontinencia Urinaria por Rebosamiento: se manifiesta como goteo constante o intermitente, generalmente por sobredistensión de la vejiga al existir una imposibilidad de vaciamiento. Esto puede estar causado por una obstrucción a la salida (típico problema de hiperplasia de próstata en hombres) o bien por una falta de tono en el músculo detrusor.
    Incontinencia Urinaria Neurogénica: tiene lugar por lesión nerviosa, a veces tras una cirugía.

 

Problemas de incontinencia en mujeres jóvenes

Aunque es menos común que en edades avanzadas, esta problemática puede tener lugar en mujeres de edad temprana debido a infecciones, enfermedades respiratorias que causan tos crónica, embarazo y lesiones del suelo pélvico durante el parto, o también debido bien a estilos de vida sedentarios y obesidad, o bien a una actividad física intensa y repetida en deportistas.

Causas de escape de orina en mujeres

Factores de riesgo

Como hemos estado comentando, existen algunas situaciones que predisponen a la aparición de la incontinencia. Podemos destacar entre ellas:

  • Sexo femenino: las mujeres tienen más probabilidad de desarrollarla debido a la agresión sobre los tejidos que se produce durante el parto y el embarazo, y a los procesos hormonales de la menopausia. No obstante, entre los hombres con problemas de agrandamiento de próstata también es frecuente esta patología.
  • Edad: debido al desgaste de los tejidos.
  • Obesidad y sedentarismo
  • Alta actividad física: sobre todo podemos verlo en mujeres que realizan una actividad física intensa basada en impactos de forma frecuente.
  • Enfermedades crónicas: aquellas que pueden dañar a los nervios periféricos como la neuropatía diabética, u otras de base respiratoria que producen tos crónica.
  • Tratamiento con diuréticos
  • Factores genéticos

 

Prevenir la incontinencia urinaria

La mejor prevención se basa simplemente en llevar un estilo de vida saludable, evitando la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo y manteniendo una correcta ingesta hídrica. En casos más concretos, trataremos de llevar bien controlados los niveles de glucosa en diabéticos, vigilar aquellos pacientes que toman diuréticos… Otro punto importante en la prevención es ejercitar a menudo los músculos del suelo pélvico.

Tratamiento con láser para la incontinencia urinaria femenina

La primera línea de tratamiento siempre que se pueda se basará en aquel conservador, fundamentalmente el cuidado del estilo de vida y la educación vesical destinada a restablecer pautas de conducta miccional pérdidas y a la creación de rutinas.
Para pacientes con mayor nivel de problemática se continuará con tratamientos más específicos, siempre orientándolos según la tipología causal de incontinencia. Destacamos la rehabilitación muscular del suelo pélvico, que mediante técnicas como la de Kegel, Biofeedback, electroestimulación o empleo del láser buscan conseguir un fortalecimiento de los músculos del suelo pélvico encargados del control voluntario del ciclo miccional.

Los siguientes niveles terapéuticos incluirán el uso de fármacos, la cirugía, e incluso algunos más innovadores que veremos a continuación.

 

Medicamentos para la incontinencia urinaria en mujeres

Los más indicados en este caso son el grupo de los anticolinérgicos y similares: se encargan de inhibir el sistema parasimpático, disminuyendo así la actividad del músculo detrusor. Serán especialmente útiles en las IUU.

 

Tratamiento con láser para la incontinencia urinaria femenina.

Se utiliza como tratamiento alternativo y está obteniendo grandes resultados. Consiste en el empleo de láser CO2, que estimula las fibras de colágeno de la fascia vaginal anterior, promoviendo así un mejor tono en el cuello vesical. Se obtienen mejorías temporales, siendo necesario repetir el tratamiento periódicamente.

 

Tratamiento con plasma rico en plaquetas para la incontinencia urinaria femenina

Esta terapia es una transfusión autóloga de un concentrado de plaquetas, que busca revertir los signos del envejecimiento promoviendo la liberación de factores de crecimiento y la regeneración tisular. El plasma que se inyecta al paciente proviene de una muestra propia de sangre, y tiene la ventaja de que no es un tratamiento hormonal.

Además de mejorar los problemas de incontinencia, también ayuda a resolver problemas típicos de la edad y la menopausia como: la sequedad vaginal, el envejecimiento de la mucosa vaginal y la piel de la vulva, la consecuente disminución del deseo sexual… Todo esto contribuye a mejorar la salud íntima y calidad de la vida sexual de la mujer.

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